* Por Eduardo Alfonso
El estudio de la
Naturaleza nos demuestra que existe un orden natural regido
por leyes, que el hombre va descubriendo por el examen y comparación de los
hechos. Este orden natural se realiza por la armonía, que es la adecuada
relación entre las partes y el todo. Por esto a la Naturaleza en su
conjunto se la llama uni-verso, o sea la realización de lo uno en lo vario. Echemos un vistazo sobre las principales leyes:
1. Ley del Movimiento. El movimiento es el modo
de manifestación universal. La vida es movimiento. La inercia es muerte. Todo
en último término son vibraciones porque este movimiento alterna con momentos
de reposo. El movimiento contínuo no existe. Así el día y la noche, el sueño y
la vigilia, la vida y la muerte, la inspiración y la expiración, el sístole y
el diástole, etc., son grandes vibraciones de la Naturaleza , análogas en
un todo a las del sonido, la luz, la electricidad, etc., en el mundo de lo
pequeño.
2. Ley del Amor. El amor - que es atracción de
dos o más seres para unificarse - es ley de armonía, y por tanto de creación y
conservación de la vida. El
amor, pues, supone la renuncia de si mismo en bien de todo lo que no es uno
mismo, y para manifestarse requiere la conciencia de que todos los seres son
hermanos, como salidos del mismo origen.
Amor es tanto como decir reconocimiento dela Unidad de todo. En los
astros se manifiesta en forma de fuerza centrípeta: todos los planetas se
subordinan a la unidad de su sistema planetario. En los minerales y cuerpos
químicos se manifiesta como afinidad; en los animales como instintos, atracción
sexual; en el hombre como cariño, simpatía y en grados más elevados como
verdadero amor espiritual, ya en forma de idealismo o de sacrificio.
Amor es tanto como decir reconocimiento de
3. Ley de Evolución. Todo lo existente lleva inmanente la tendencia y fuerza para convertirse en algo superior. Filosóficamente, esta ley es una consecuencia de la ley del Amor que atrae a todos los seres hacia la unidad de su Origen. La evolución emplea como medio el mecanismo misterioso de
5. Ley de Finalidad. La evolución tiene un
sentido finalista, es decir, la consecución de un objetivo de índole
trascendental y metafísica. Efectivamente, la evolución tiende a conseguir
estados de conciencia más elevados, afinando y perfeccionando la materia y la
inteligencia. La negación de la finalidad en todo lo creado, equivale a tanto
como afirmar que, en la
Naturaleza , con todos sus dolores y alegrías, todo se mueve,
gira y vive por capricho, y sin otro motivo que pasar el rato que a cada cual
le toca en el mundo. Afirmación ésta absurda hasta para el menos exigente
filósofo.
6. Ley de Jerarquía. Todo ser o cosa está
subordinado a todo aquello que es superior en grado evolutivo, y tiene poder o
mando sobre todo aquello que le es inferior en la escala de la evolución. En
efecto, el espíritu rige la materia, la inteligencia al cuerpo, el cerebro a
los miembros; los animales más inteligentes vencen a los menos inteligentes, el
hombre vence a todos los animales y se sobrepone a sus semejantes menos dotados
de facultades, etc., etc. Existe pues una jerarquía evolutiva de orden natural
que garantiza el triunfo de lo mejor y más perfecto, y por tanto del progreso
biológico.
En el plano puramente humano de la biología
social, se falta frecuentemente a esta ley, dándose el caso de que en las
sociedades humanas, no rige el superior de la escala evolutiva (el más
virtuoso, más sabio y más sano), sino el que tiene más medios materiales, más
astucia, más influencia o más fuerza. Esto desarmoniza la colectividad y
degrada a los hombres verdaderamente dignos. Los hombres son iguales en
esencia, no tanto en potencia, y desiguales en presencia.
7. Ley de Armonía. La existencia de todos los
seres, exige una adecuada relación entre las partes y el todo, que se
manifiesta por el máximum de libertad y rendimiento en la función de cada
parte, juntamente con el máximum de ayuda mutua a favor del todo. Vemos pues
que nada ni nadie aislado tiene valor por sí mismo, sino por sus relaciones con
las demás partes. Todo, según esta ley, coopera ordenadamente al plan natural,
cumpliendo el papel correspondiente a su grado evolutivo. El egoísmo desmedido,
como el sacrificio extremado, no pueden conducir a buenos resultados: el
segundo porque destruye al individuo; el primero porque destruye la
colectividad.
Aplíquese esta ley al cuerpo humano y se verá
que el secreto de su salud o armonía estriba en la justa cooperación de cada
órgano en el conjunto y en la justeza de su propia función. Aplíquese a la vida
social, y se verá como es imposible la vida normal y aun la existencia de una
nación, cuando los individuos laboran por el bien propio exclusivamente, y no
por el del conjunto.
Las personas que sepan las leyes de armonía en
música, comprenderán fácilmente que no son otras sino las que rigen la armonía
universal. La armonía en una partitura estriba en el orden, proporción,
combinación y medida, según tiempo y ritmo de las partes (notas) en el todo. Si
una orquesta es capaz de efectuar un concierto, es por el orden, proporción,
combinación y medida, según la ley de tiempo y compás, de la actuación de cada
instrumento en el conjunto rígidamente subordinados a la batuta del director; y
esta batuta directora, nos da el ejemplo de la necesidad de un principio de
orden superior que sea capaz de abarcar las leyes del conjunto. q
* Eduardo Alfonso y Hernán (1894-1991), fue médico y pionero y maestro de la medicina naturista. (Las leyes de adaptación, de selección, de herencia, de analogía, de los contrarios, de causa y efecto, de necesidad y de desigualdad las encontrarás en un próximo post - Leyes de la Naturaleza II).
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