El mundo no
está tan lleno de miseria como creemos. El simple hecho de que yo escriba este
texto, muestra que no lo está. No he viajado mucho, pero en lo poco que he
viajado he conocido a personas fantásticas, visitado lugares indescriptibles,
visto animales sencillamente fascinantes y conocido culturas increíblemente
peculiares.
Viajar me vuelve mejor
persona, conocer a gente me hace aprender de ella, fascinarme con el entorno me
hace maravillarme con la vida y, aunque soy joven e inexperto, tengo muy claro
una cosa: la vida es algo que hay que defender por encima de todo.
Da igual lo
mal que estemos, lo oscuro que se vea el mañana, la imposibilidad que
encontremos a salir de un callejón sin salida, siempre y cuando sea para salvar
unos ideales como la vida o la libertad… el callejón nunca será demasiado
oscuro, ni estará rodeado por unos edificios demasiado altos, ni tendrá un
suelo demasiado duro, pues aunque sea oscuro, siempre habrá luz; aunque esté
rodeado por edificios muy altos, siempre habrá maneras de escalarlo; aunque
tenga un suelo muy duro, siempre podremos excavarlo.
Quiero que
todos nosotros sepamos que potencial tenemos, y éste no reside en ser más alto,
más fuerte, más ágil, más sabio, más inteligente o mejor que los demás. Todo
ese potencial humano viene acumulado en una cosa: nuestra voluntad, basada en
perseverancia, disciplina, esfuerzo y, sobre todo, respeto.
La
perseverancia nos ayuda a llegar hasta el final; la disciplina nos enseña cómo
trabajarnos a nosotros mismos, como aprender; el esfuerzo nos muestra que, si
de verdad creemos en algo y lo queremos, hay que luchar por ello a cambio de
otras cosas; y el respeto es la clave de la victoria, sin él no se llega a
ningún lado y debería de ser la base del comportamiento humano. Ninguno de esos
cuatro ideales son fáciles de lograr, todos ellos necesitan mucho tiempo para
cultivarse en uno mismo y uno mismo necesita mucha paciencia para que ellos le
conformen. Sé que todo lo que he dicho suena utópico, pero sin esas utopías,
sin esos sueños, el mundo de hoy no sería más de lo que fue ayer.
Por eso, quiero dar las gracias a todos los locos que se opusieron a la sociedad de su época para cambiar, en esos dos billones de segundos de vida que tiene cada persona, los aspectos denigrantes de lo que los rodeaba: Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Marthin Luther King, Montesquieu, Rousseau, Malcom X…
Estoy harto de escuchar a gente que dice que ha perdido la esperanza en el ser humano y a gente que dice que hay que salvar el planeta; harto de ver como todos los de mi generación se rinden a la primera (yo incluido). Es por eso por lo que aun comprendo a la gente que dice que ha perdido la esperanza en el ser humano ya que, en determinados momentos, yo también pienso lo mismo.
No pretendo llamar a mi generación de inútil o generación perdida como
he oído que se le llama. Tampoco insultar a aquellos que han perdido la
esperanza o la fe en el ser humano (aunque para mí estos se hayan rendido
como personas, respeto lo que quieran hacer); sólo quiero devolver esa fe, esa
esperanza a aquellos que la dejaron ir. Porque haya humanos odiosos, no
significa que todos lo seamos, ni mucho menos. Este mundo está lleno de gente
maravillosa, lo sé.
El mundo es
increíble: con sus mares, sus campos, sus ríos, sus glaciares, sus cielos
estrellados… Si de verdad os rendís ante la estupidez de algunos seres humanos,
estaréis privando a otras generaciones disfrutar de este increíble mundo lleno
de vida y amor. Y he de irme a otra escala y decir que este mundo dentro de los
93.000.000.000 de años luz que comprende el universo observable es una minucia,
diría que ni siquiera sería comparable a una mota de polvo o a un grano de
arena. En ese puntito azul, en nuestro puntito azul pintado sobre ese fondo
negro, están todas nuestras desgracias, nuestros debacles, nuestras
inseguridades, nuestras fobias, nuestros problemas.
Por favor,
no dejemos que nuestra raza ni otras desaparezcan por puro egoísmo humano,
luchad por un mundo mejor: humilde, sencillo, honrado, honesto, libre y
diverso. Todos tenemos miedo de algo, mi mayor miedo es que la humanidad se
condene a sí misma y a otras especies por su tozudez. No temo por el planeta,
sino por nosotros y por la belleza que nos rodea.
Visualicemos un mundo mejor y construyámoslo, No son necesarios grandes actos para ello. Sencillamente preguntémonos, ¿estamos siendo la mejor persona que podemos ser? Si la respuesta es no, hallemos el porqué y mejorémonos a nosotros mismos; si por otro lado la respuesta es sí, continuemos así y no nos defraudemos a nosotros mismos.q
Visualicemos un mundo mejor y construyámoslo, No son necesarios grandes actos para ello. Sencillamente preguntémonos, ¿estamos siendo la mejor persona que podemos ser? Si la respuesta es no, hallemos el porqué y mejorémonos a nosotros mismos; si por otro lado la respuesta es sí, continuemos así y no nos defraudemos a nosotros mismos.q
|| Via Periodismo Alternativo
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